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Título: «Biblioteca y Parque de Lectura, Torre Pacheco»

Autor: Martín Lejarraga

Manuzio - 03 / dic / 2006

Si tienes oportunidad, ve a verla, así cuando le pidas a tu Ayuntamiento una biblioteca pública o éste decida construir una, sabrás que debes pedirle o exigirle. Durante el III Congreso Nacional de Bibliotecas Públicas (Murcia, 29 de noviembre-1 de diciembre) he tenido la oportunidad de visitar (el día 30) la Biblioteca que el Ayuntamiento de Torre Pacheco ha construido de la mano del arquitecto Martín Lejarraga, que nos explicó su proyecto. La inauguración está prevista, más o menos, para el mes de enero de 2007.

Se llega por una amplia avenida con apenas construcciones y que lleva hacia el centro de la población; en una plaza circular se gira a la izquierda y entramos en una calle mucho más estrecha. Vemos lo que parece un colegio y que después me dicen que es un instituto y, al lado, el polideportivo. La primera sensación es de desconcierto porque desde el nivel de la calle no se ve nada, salvo unos trozos de hormigón; el cartel anunciador de la obra me confirma que no me he equivocado de sitio. Sigo andando y ahora es una particular disposición del césped la que me indica que algo especial debe haber allí. No lo piso, continúo a lo largo de la acera para coger finalmente el pasillo que me llevará a la sorpresa: la Biblioteca de Torre Pacheco.

El pasillo me asciende hasta la cima de una suave colina. Poco a poco va surgiendo el edificio de la biblioteca que está medio enterrado. Antes era un llano de veintitantos mil metros cuadrados. Me paro en la cima y me dejo abrazar por la forma del edificio. Es como una gran interrogación cerrada que te acoge (y debe esperar poder ofrecer las respuestas que buscas) e invita a seguir, ya bajando la cuesta, hasta sus puertas.

Mientras que desciendo (no hay una sola escalera) veo lo bien ejecutada que está la obra. No hay atisbos de errores corregidos, ni de paños de pared extraños. Todo es una estructura de hormigón que cae de fuera a adentro y que en su exterior configura las laderas de las pequeñas colinas. La fachada es de carpintería de aluminio y cristal aislante (del ruido y de la luz excesiva) en colores naranja en la parte baja, humo en la central y sin ningún tinte en la superior. Creo recordar que hay alguna que otra mancha verde. El tamaño y la disposición de la cristalería es asimétrica.

La puerta principal está precedida por un enrejado de hierro que, si bien ahora es unicolor, en el momento de la apertura está previsto que sea de colorines. El enrejado porta parte de la iluminación. Antes de entrar al edificio ya encontramos una zona de lectura o de estar abierta. A un lado (el exterior) unas mesas de hormigón se nos ofrecen para su uso, son mesas que se prolongan en el interior atravesando los cristales. Tras la reja hay un césped artificial y un área infantil con el suelo de color naranja y preparado para amortiguar posibles porrazos. Es decir, la biblioteca no está de puertas adentro, sino que también lo está, constructivamente, de puertas afuera.

El espacio interior se distribuye en dos alas. Me sitúo frente a la recepción; a la derecha la zona con el fondo de préstamo, la zona infantil y más allá la de adultos. Todas individualizas para evitar interferencias entre ellas. La de adultos puede dividirse a su vez para ofrecer una sala de estudio incluso cuando la biblioteca esté cerrada. Tiene, en ese caso, una puerta propia.

A la izquierda está la zona de ordenadores, el salón de actos y la sala de exposiciones que se encuentra sobre el anterior y se accede por la única escalera. Es una escalera bonita, siempre que se quede diáfana y no se le pongan cosas alrededor. Ya veremos si las medidas de seguridad y protección lo permiten.

El cableado recorre el perímetro del edificio, siendo accesible en cualquiera de sus puntos sin obras, ni tornillos. No tendrán problemas en adaptarse a cualquier nuevo invento que surja en el futuro.

Las paredes interiores (donde las hay) son de un plástico semitranslúcido acanalado en su interior como si fueran planchas de cartón ondulado. El suelo se protegerá con una resina incolora y en los aseos se le dará color. Todos los materiales tienen el objetivo de ser duraderos: hormigón, asfalto, cristal, aluminio, hierro…

La biblioteca está en el centro del Parque de la Lectura, ¡fantástico nombre!; estará rodeada de pequeños bosques, pistas de juegos, flores, un parque acústico… Si el Ayuntamiento sigue apoyando así su biblioteca (y por tanto los torrepachequeros) y la dirección de la biblioteca sabe armonizar sus acciones de dentro a afuera, del interior al exterior (y viceversa), seguro que oiremos hablar con frecuencia de esta biblioteca. El éxito ya lo han conseguido con el proyecto.

+INFO Martín Lejarraga:
http://www.megias.com/arquitectura/martin/index.html
https://www.fomento.es/cpmf/productdetails.aspx?productid=BA0904

+INFO del proyecto:
«AV Proyectos», núm. 015, 2006; p. 20 y ss. URL: www.arquitecturaviva.com:

«Concebida como una nueva manera de acercar al público el mundo de la lectura, la biblioteca incluye [o está incluida] en un parque de 18000 metros cuadrados con equipamientos de todo tipo. Una única planta semienterrada organiza en niveles los diferentes usos, que están conectados entre sí a través de suaves rampas y espacios de relación.

El color aparece como expresión directa de la variedad de materiales empleados; en el interior, el revestimiento de las diferentes áreas y el mobiliario aportan colores y texturas a unos espacios constructivamente homogéneos. La incorporación en el pavimento de un "paso silencioso" y de cajas absorventes en los cajetones del forjado contribuyen a evitar el exceso de ruidos.»

Imagen: La Opinión, 2-12-2006, p. 63
Comentarios: 1 Valoración de : 5,0 Visitas: 3750 Valoración media: 5,0 Último comentario: hace 17 año(s) y 149 día(s)


Comentarios a este apunte
  1. Y una penúltima cosa: en la foto de «La Opinión» he salido ;-))
    Manuzio. Comentario enviado hace 17 año(s) y 149 día(s). Valoración: -.

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